22/04/2011. El País. Javier Ayuso
El tema propuesto para el debate de esta semana ha llevado a los expertos de “economismo” a plantear posibles medidas para reducir, e incluso eliminar la corrupción. Todos están de acuerdo en que la corrupción es un fenómeno que afecta tanto al plano institucional, como al cultural y que produce efectos económicos muy negativos para los países. Por eso, proponen medidas que ataquen los tres elementos.
Aquí van las recetas de los expertos:
Mauro Guillén: Es posible reducir y eliminar la corrupción siempre que se tenga voluntad política y social para lograrlo. Hay factores que ayudan, como una prensa libre, tribunales independientes y mayor apertura comercial. Además, en los países en dónde hay más mujeres en puestos políticos hay menos corrupción.
Manuel Escudero: La corrupción añade un 10 por ciento el coste total de los negocios. Además, añade costes de incertidumbre y distorsiona las operaciones de empresa. En España hay dos focos sistémicos sobre los que actuar: las donaciones a partidos y las decisiones de desarrollo urbanístico.
José Ignacio Wert: Hay dos dimensiones en la corrupción: la institucional y la cultural. Hay falta de incentivos para obrar de otra manera, porque no hay sanción electoral clara. La corrupción se instala con mayor facilidad en los mesogobiernos que no controlan las estructuras centrales de los partidos.
José Luis Martínez: Hay un componente cíclico en la corrupción. El periodo de gran moderación de los últimos diez años la ha favorecido. La sociedad debe imponer a los políticos que luchen contra la corrupción.
Guillermo de la Dehesa: La forma más rápida de acabar con la corrupción y, de paso, con el tráfico de drogas, de mujeres y niños, de órganos humanos, de armas, etc. Es dejar de emitir billetes de denominaciones altas en dólares, euros, francos suizos, libras, yenes y otras monedas relevantes.
José Carlos Díez: El mayor coste económico es que la corrupción pervierte la eficiente asignación de recursos en una economía de mercado, ya que no gana el contrato mejor, sino el que más soborna y los costes en términos de crecimiento potencial son desproporcionados.
Santiago Carbó: No solo hay que conocer el nivel real de corrupción, sino cómo es percibida por los ciudadanos. En España, mejorar el sistema de incentivos es prioritario para que haya la conciencia social adecuada para desarrollar actividades empresariales y que no se dañe la percepción exterior del país.
Rafael Myro: La crisis económica actual es producto de esta alteración del esquema de valores, de las que se descubren cada día nuevas manifestaciones, no solo en el ámbito del sector público, sino también del privado.
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