Por ÉRICA CHAVES (SOITU.ES)
Actualizado 29-10-2008 18:28 CET

Cada día, más de 350.000 colombianos se mueven en bici en Bogotá, lo que supone el 5% de los desplazamientos. Esto la convierte en la ciudad sudamericana que más utiliza la bicicleta de forma cotidiana, gracias a sus muchos kilómetros de ciclovías. Pero además, la gente que monta en bici en la capital colombiana se triplica durante los fines de semana. Todos los domingos y festivos, 122 kilómetros de las calles de Bogotá se cierran al tráfico para dar cabida a un millón de colombianos que salen a disfrutar en bici, patines, monopatines o simplemente a caminar. Y es que la capital colombiana cuenta también con una estructura pionera para potenciar el uso de la bici y el ocio durante los fines de semana: las recreovías.

Las ciclovías

"Quienes se mueven en bicicleta ahorran casi dos salarios mínimos mensuales cada año", asegura Enrique Peñalosa, ex alcalde de Bogotá y principal impulsor del uso de la bicicleta en la ciudad. La capital colombiana cuenta con 300 kilómetros de ciclovías (o ciclorutas), que son similares a lo que conocemos en España como carril bici. Las primeras ciclovías fueran implantadas en la ciudad de forma experimental en 1974. Dos años después, en 1976, el Ayuntamiento de Bogotá estableció cuatro rutas por medio de decretos sumando entonces 54 kilómetros más de esta infraestructura. La ciclovía bogotana es pionera y ha servido de modelo para otros lugares del mundo como México, Chile, Ecuador, Brasil y EEUU (por ejemplo, en Nueva York).

Estas vías exclusivas para bicis están comunicadas con el sistema de autobús rápido Transmilenio. En Bogotá un billete de bus urbano cuesta 30 céntimos de euro. "No puede decirse que sea caro, pero el servicio no es muy bueno y eso termina por estimular el uso de la bici", cuenta Fabio Arévalo, director de la Fundación Movilidad de Colombia..

Desde 1999, en época de Navidad, se celebran las 'ciclovías nocturnas'. El IDRD cierra las carreteras por la noche con el objetivo de que la gente salga a la calle y disfrute de la decoración y la iluminación navideña. En 2006, esta iniciativa reunió a 4,1 millones de personas que salieron a pedalear y caminar por Bogotá en 2006.

Para Peñalosa, la dificultad de implantar la bici como medio de transporte existe porque "en los países subdesarrollados la minoría que tiene automóvil y jamás usa el transporte público es la que decide. Esta minoría no tiene interés por las aceras, los parques, las ciclorutas o el transporte público. Piden más líneas de metro, no porque tengan la más leve intención de usarlo, sino para meter a los pobres bajo tierra, para que sus buses no estorben a sus automóviles en las vías".

Según el IDR, el programa de Ciclovía en su realización no fue costoso ya que la inversión en aspectos logísticos como diseño, vallas, señalización, personal... solo se realiza una vez al año. Por esta razón, hay que invertir en recursos para la divulgación de campañas pedagógicas para los asistentes, costes que se pueden mitigar con la vinculación de la empresa privada. "La experiencia de muchas ciudades ha demostrado que empezando por pequeños tramos el programa se va posicionando y el numero de asistentes cada día va creciendo y la gente empieza a sentir necesidad de utilizar la bicicleta".

Las recreovías

Además, en Bogotá se ha implantado un nuevo espacio de ocio: la Recreovía, 28 zonas creadas en parques y puntos de gran afluencia de usuarios que desde 1995 ofrecen actividades los sábados y domingos entre las 8 y 13 horas. Hay sitio para todo tipo de deportes como monopatin, patines, bici de trial y en rampas o escalada en muro artificial; para puntos veterinarios con servicios de vacunación, asesoramiento y alimentación de mascotas; módulos de ventas donde se organizan los vendedores ambulantes y se puede comprar alimentos y bebidas; zonas infantiles con talleres de pintura y papiroflexia (origami), por ejemplo; parques, baños y talleres para aprender a montar en bicicleta. En 2006 aparecieron también las recreovías nocturnas que funcionan los martes y jueves desde las 18 a las 21 horas. Más de 1.970 profesionales trabajan por turno para mantener funcionando estos espacios de ocio.

Fue en los años 80 cuando nació la idea de cerrar el tráfico en algunas vías durante los fines de semana con el objetivo de reducir la contaminación y disminuir el sedentarismo. La participación a estas actividades es libre y aumenta notablemente los domingos y festivos cuando 122 kilómetros de las calles de la ciudad quedan libres de vehículos. "Obviamente hay más bicis el domingo por diversión y ocio", explica Arévalo.

Sin embargo la iniciativa de cerrar las calles no ha sido fácil. Según el Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte (IDRD), hay que hacer estudios de impacto en la movilidad de la ciudad, conocer los desvíos para los vehículos, escoger las calles que tengan lugares de interés turístico, histórico, deportivo o comercial para que los asistentes se motiven a recorrerlo. "Una vez esto esta claro se requiere la disposición del gobierno con sus diferentes entidades. Es muy interesante para la gente tratar de hacer circuitos para que no tengan que regresar por la misma ruta y se animen a realizar una mayor distancia".

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