El Cuarto: el distrito metropolitano


Las administraciones aprobarán en octubre el Avance del Plan Parcial que ordena la gran bolsa residencial del sur de Sevilla · Tres nuevos barrios acogerán hasta 5.287 viviendas entre promociones libres y VPO
Carlos Mármol / SEVILLA | Actualizado 29.09.2008 - 10:30



Todavía no es una realidad física. Pero, a buen seguro, para algunos llegará a ser casi una obsesión. Otros sencillamente lo considerarán su hogar. La ordenación urbanística de los históricos terrenos del Cortijo de Cuarto, la gran bolsa de suelo rústico ubicada al sur de Sevilla, entre el cauce del río Guadaíra y la barriada de Bellavista, ya está en marcha. Y, aunque los periodos de tramitación administrativa son bastante amplios -hasta el año 2012 será difícil que haya algún sevillano viviendo en la zona- el proceso legal para su transformación en un nuevo distrito metropolitano es ya una rueda imparable.

Las tres administraciones públicas responsables de su colonización -la Diputación, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla- han recibido ya el Avance del Plan Parcial de Ordenación, redactado por cinco estudios de arquitectura, en el que se fija con todo detalle la futura fisonomía de este espacio residencial y productivo que ocupará hasta 136 hectáreas, sólo 80 menos de lo que, por ejemplo, ocupó en la Isla de la Cartuja el recinto de la Exposición Universal de 1992.

Este planeamiento urbanístico, cuya aprobación se producirá en la primera quincena del próximo mes de octubre, acogiéndose a la vía rápida prevista por la legislación autonómica para desarrollar proyectos de vivienda social, liga en una única pieza territorial los dos sectores del Cortijo de Cuarto (el área Norte y la Sur, según la descripción del Plan General de Ordenación Urbana) con el fin de crear una especie de pequeña ciudad metropolitana autónoma cuya aspiración confesa es convertirse en el paradigma de una nueva forma de habitar el área urbana difusa que es la corona metropolitana de Sevilla, donde se vienen produciendo desde los años ochenta crecimientos residenciales muy desequilibrados, sin suficientes dotaciones y, sobre todo, sin compensaciones suficientes en materia de equipamientos.

El Cortijo de Cuarto, al menos en su origen, aspira a ser diferente. Un ejemplo de cómo debía de haberse formado la Gran Sevilla. Acaso una esperanza cierta de que, si no se vuelve a producirse la habitual dejación de funciones de la Administración encargada de la ordenación territorial, es posible combinar el crecimiento urbanístico con unos mínimos parámetros de sostenibilidad y respeto al medioambiente.

En líneas generales, los suelos del Cortijo de Cuarto acogerán hasta 5.287 viviendas. Esta cifra, que se repartirá casi a partes iguales entre las promociones de pisos libres y las viviendas de protección oficial, atraería a una población potencial de 15.000 personas, a razón de tres personas por vivienda, habitante en un mismo punto geográfico. Un índice demográfico similar, o incluso superior, al de muchas localidades del entorno de la capital andaluza.

Los pisos se distribuirán en tres barrios distintos que se ubicarán de norte a sur en tres ámbitos diferentes. El primero se sitúa junto a los nuevos crecimientos previstos al norte del cauce del Guadaíra. El segundo -el llamado barrio Centro- va más cerca de Bellavista. Finalmente, aparece un barrio Sur alzado junto al Hospital de Valme, que, de esta manera, quedaría por fin integrado en el continuo urbano. El modelo urbanístico elegido es el de la ciudad compacta e integrada, mediterránea, con edificios de distintas tipologías y alturas -desde las cinco a las once plantas- y con itinerarios peatonales, una red ciclista ex novo y una plataforma propia de transporte público, si bien subsidiaria de la línea 3 del Metro, que no pasará de Los Bermejales.

Los usos residenciales se mezclan sin rubor con los equipamientos y las zonas terciarias, de manera que muchos edificios combinarán ambas actividades en un mismo enclave geográfico, salvo algunas unidades independientes que harán las veces de referentes simbólicos de cada uno de los barrios. Las distintas zonas ocupadas por las viviendas se relacionarán entre sí gracias a dos grandes parques de nueva creación: uno irá sobre el cauce del Guadaíra (un recinto verde equipado); el otro, el llamado Parque del Cuarto, será de naturaleza más interior. Irá junto a la ermita de Valme.

El otro elemento de conexión territorial será el nuevo eje viario Norte-Sur (35 metros de sección; dos viales por sentido) del que saldrán todos los caminos secundarios que permitirán dar servicio a las distintas zonas de residencias y equipamientos. Dichas vías de comunicación será más numerosas en el barrio central, dada la necesidad de unirlo funcionalmente con Bellavista. En los vértices norte y sur, en cambio, priman los trayectos peatonales y los viarios de uso restringido. Los aparcamientos, en algunos casos de entidad suficiente para dar servicios a núcleos ya existentes, como Bellavista o el hospital de Valme, se diseminan a lo largo de toda la actuación. Todos se diseñan bajo rasante para que la mayor parte del espacio público se dedique a la bicicleta y a los desplazamientos a pie. Los equipamientos incluyen hasta 90.376 metros cuadrados dedicados sólo a servicios terciarios. Una cantidad suficiente para que el Cortijo de Cuarto sea un importante foco de atracción metropolitana no sólo desde el punto de vista residencial, sino como centro de servicios, comercial y productivo.

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