Uno de los proyectos franceses fue el asentamiento de El Hank en Casablanca.

Berlín acoge una muestra sobre la arquitectura de los 50
Esteban Engel (Dpa) / Berlín, arquitectura | Actualizado 28.08.2008 - 05:00



El desierto del norte de África fue en los años 50 y 60 un gigantesco campo de experimentación para arquitectos y urbanistas: allí se construyeron, bajo dominación colonial francesa, grandes conglomerados de viviendas y edificios públicos que poco después sirvieron de modelo para la periferia de las grandes capitales europeas. Este curioso fenómeno se recoge en la exposición En los desiertos de la modernidad, que desde mañana y hasta el 26 de octubre podrá verse en la Casa de las Culturas del Mundo, uno de los principales foros de arte de Berlín. En ella se muestran los enormes asentamientos de viviendas sociales que se construyeron en ciudades como Casablanca o Túnez y que después se exportaron a Europa. "El norte colonizado de África fue un laboratorio para la arquitectura y la planificación urbana modernas", explica la comisaria de la exposición, Marion von Osten. Además, comenta, Casablanca se tomó como sitio para probar "la ciudad del mañana". El gobierno francés encargó el proyecto Sidi-Othman a los arquitectos André Studer y Jean Hentsch en los años 50. Estos alumnos del célebre Le Corbusier construyeron en el desierto, junto a la ciudad de Casablanca, la cité verticale a base de unidades habitacionales de ocho metros por ocho.

No había mucho tiempo para diseñar: Marruecos estaba en plena industrialización y decenas de miles de personas llegaban a las ciudades desde las zonas rurales. Entre 1936 y 1952 la población de Casablanca se duplicó. Los planes de vivienda estaban pensados para dotar a los recién llegados de un primer techo bajo el que vivir y, en un contexto de desórdenes y luchas por la independencia, separar a la población nativa de la francesa.

Los arquitectos se permitieron diseñar pirámides, cubos y edificios en zigzag, tal como harían más tarde en Europa. "La modernidad europea no sería posible sin el colonialismo", señala Von Osten. Proyectos similares a los que se desarrollaron en Argelia, Orán y Túnez serían copiados más tarde en la construcción de viviendas sociales en Europa. Los arquitectos estaban encantados con la posibilidad de poder trabajar con toda libertad en territorios que, desde su perspectiva, estaban vacíos.

Ya en los años 40, Le Corbusier concibió, con apoyo del gobierno francés de Vichy, el Plan Obus para la construcción de ciudades satélite en Argelia. Se trataba de crear una ciudad que permitiera la circulación de muchos automóviles, y así fue como los primeros estacionamientos subterráneos y la mayor piscina de estilo estadounidense de la época se concibieron para las colonias del norte del África.

Es cierto que los arquitectos europeos consideraron las costumbres de los habitantes de la zona, pero los inquilinos de las nuevas edificaciones no tardaron en hacer modificaciones. Tras la independencia de Argelia, muchos de estos africanos emigraron a Europa y se instalaron en la periferia de las grandes ciudades en complejos habitacionales como los que se habían experimentado en su tierra.

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