Urbanismo contra obesidad

SALUD / Científicos británicos reclaman un desarrollo urbanístico que fomente el uso del transporte público frente al coche con el fin de combatir la epidemia de obesidad

Un informe de científicos británicos ha pedido una revolución en la planificación urbana para fomentar que se camine y se utilice el transporte público o la bicicleta frente al coche, con el fin de combatir la epidemia de obesidad que están padeciendo muchos países occidentales.



La ciudad que ayuda a perder peso

MARK HENDERSON. The Times / El Mundo
BOSTON.- "Las ciudades grandes y pequeñas necesitan reajustes radicales para ayudar a erradicar la epidemia de la obesidad". Este es el mensaje que acaba de lanzar el profesor Philip James, presidente de la International Obesity Task Force, un think- tank con sede en Londres, para reclamar una revolución en la planificación urbana, capaz de animar a la gente a utilizar menos los coches y más el transporte público.

El profesor James manifestó en una conferencia de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Boston que sería ingenuo esperar que la gente pierda peso tomando mejores decisiones sobre su dieta, mientras todo lo que les rodea les anima a la inactividad.

Los diseñadores urbanos, según denuncia James, han creado un ambiente obesogénico (generador de obesos) al planear espacios públicos pensados para el coche. En su opinión, los sistemas de transporte que han hecho que sea más fácil conducir que caminar, andar en bicicleta o usar el transporte públcio son los que más han contribuido a la obesidad.

También clamó contra el trabajo de oficina continuamente pegado al escritorio, y los pasatiempos sedentarios, tales como ver televisión, navegar por internet o jugar a los videojuegos. Los ascensores y las escaleras mecánicas, e incluso los dispositivos que nos evitan trabajo físico, como los cepillos de dientes eléctricos, contribuyen a aumentar el problema.

"Culpar a los individuos por ser personalmente vulnerables al aumento del peso ya no es aceptable en un mundo con una mayoría de personas con sobrepeso y en que la obesidad aumenta por doquier", dijo James, profesor de la London School of Hygiene anda Tropical Medicine. "Es una ingenuidad por parte de algunos políticos y ejecutivos dle sector alimenticio mal informados responsabilizar a los individuos sobre las opciones más saludables que deben tomar, mientras que el ambiente en el cual nos movemos es el factor que amplifica la epidemia de forma abrumadora.

"Pero es aún más ingenuo decir a la gente que lo único que necesita es realizar un pequeño cambio en sus hábitos de comida o de su actividad diaria y el problema de la obesidad se solucionará de una forma sencilla". En lugar de destinar miles de millones en crear más centros comerciales llenos de coches o enormes redes de autopistas, lo que ahora necesitamos es disminuir el uso del coche.

"Cada vez se hace más evidente que la alternativa de abogar simplemente por más actividad en los ratos de ocio, sin implementar cambios adicionales sostenidos en el planeamiento de la ciudad y del transporte, es suficiente", dijo.

La doctora Rena Wing, de la Brown University de Rhode Island, encontró que era poco realista para la mayor parte de la gente que pierde peso pensar que, para seguir igual, bastaría con hacer pequeños cambios en la forma de vida, como por ejemplo usar las escaleras. Aunque pequeños esfuerzos de este tipo podrían impedir que engorde la gente que es delgada, las personas que han perdido peso necesitan añadir a sus rutinas diarias caminar 90 minutos diarios para evitar volverlo a ganar otra vez.

"Vivimos en un ambiente obesogénico, que se sustena mucho en los alimentos de preparación rápida, los automóviles y los mandos a distancia: todo ello se podría etiquetar como tóxico a la hora de mantener un peso corporal saludable", dijo Wing.

El profesor James destacó la ciudad de Oslo, en Noruega, como ejemplo de una "ciudad delgada": el entorno construido parece estar estructurado para desaconsejar el uso del coche y para animar a caminar o usar la bicicleta. La planificación urbana de los Países Bajos o Dinamarca también ha incorporado más actividad física en la vida diaria, bajando las tasas de obesidad.


La importancia del ejercicio

Si usted quiere perder peso de forma eficar, someterse a una dieta no basta. Según las conclusiones de un estudio que acaba de presentar en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), es necesario realizar unos 90 minutos de ejercicio al día para no volver a recuperar esos 'kilitos de más' que se perdieron con ayuda de una dieta.

La investigación analizó los casos de más de 5.000 hombres y mujeres que lograron perder peso y cuidar su línea durante seis años. Los autores del estudio comprobaron que la clave del éxito es una combinación eficaz de dieta y actividad física.

"No hay atajo posible", explica Rena Wing, la principal firmante del estudio. "Si se quiere perder peso a largo plazo, es necesario transformar el estilo de vida, sobre todo si la persona es obesa o tiene un historial familiar de obesidad. La epidemia del sobrepeso no va a desaparecer simplemente porque la gente empiece a tomar leche semidesnatada. Hay que reducir las calorías, pero también aumentar la actividad física", dice Wing.

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